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Mostrando entradas de septiembre, 2013

Invasoras exóticas

Cálculos recientes estiman que en el mundo podrían existir casi nueve millones de especies biológicas, sin contar a las bacterias, de las cuales nada más tenemos catalogadas a unas 1.2 millones. A excepción de un puñado como los humanos, los perros y un número pequeño de otras especies de fauna y flora acompañante, la distribución geográfica de la mayoría de las especies es muy limitada. Es decir, se originaron y han habitado en cierta región más o menos específica. Durante su historia evolutiva les ha sido bastante difícil desplazarse hacia otros sitios, especialmente hacia otros continentes. Esta característica de las especies biológicas fue la que permitió, por ejemplo, concluir que las masas continentales de África y Sudamérica alguna vez estuvieron unidas. Por un lado está su innegable aspecto de piezas de rompecabezas. Por el otro, y más contundente, está el hecho de que los paleontólogos encontraron fósiles de las mismas especies animales en ambos lados del Atlántico. Los h

La educación ambiental en riesgo

En los días previos al puente de la Independencia nos enteramos de la renuncia colectiva de los integrantes del Consejo Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad . Algunos lectores se estarán enterando apenas de la existencia de este órgano de consulta de la SEMARNAT que tiene entre sus funciones emitir recomendaciones a la Secretaría sobre todo lo que tenga que ver con la educación ambiental para la sustentabilidad y servir de puente entre las secretarías de Medio Ambiente y de Educación. En una carta firmada por el pleno del Consejo ( aquí viene una reflexión del ex-presidente del Consejo que resume las motivaciones de la carta), todos académicos y educadores muy reconocidos, comunicaron al Secretario Guerra Abud los motivos de su renuncia, entre los que sobresalen el hecho de que no han sido convocados por la actual administración y que el órgano no tendr

De agricultura y desarrollo II

La semana pasada repasamos brevemente una versión del origen de la agricultura y señalamos la peculiaridad de que las regiones que más se aplicaron en la domesticación de especies útiles no suelen ser las culturas que más se beneficien. Un buen ejemplo es el maíz: se domesticó en Mesoamérica –muy probablemente en la región del Balsas en Michoacán– y distintos pueblos mexicanos y peruanos desarrollaron numerosas variedades. Sin embargo, el principal productor de maíz y sus subproductos es Estados Unidos. Otro ejemplo nacional es la industria del tequila que comenzó como una actividad rural muy marginal en el Estado de Jalisco y ahora es una industria dominada por compañías trasnacionales. Entonces, ¿qué es lo que impide que cosechen los beneficios esas culturas y regiones que domesticaron a las especies útiles, permitiendo que esas manadas nómadas de humanos se volvieran sedentarias? Como sugerimos la semana pasada hay dos causas que tienen sentido desde las ciencias ambientales.

Del origen de la agricultura y las causas del desarrollo

Uno de los principales retos que enfrenta la humanidad es la producción sostenida y suficiente de alimentos de cara a su impresionante expansión poblacional, pues se espera que la población casi se duplique en las próximas décadas y que alcanze los 11 millardos para el 2050. Aproximadamente 80 por ciento del alimento consumido lo constituyen cereales y más de la mitad de la población basa su dieta en tres especies, el arroz, el trigo y el maíz. Esto es notable si consideramos que a pesar de existir unas 30 mil especies de plantas vasculares, de las cuales 9 mil son gramíneas, la dieta humana dependa de un número tan reducido de éstas. Por otro lado, las culturas que se han desarrollado en sitios de gran biodiversidad, como la mexicana, efectivamente consumen un mayor número de especies. Por ejemplo, en nuestro país, donde existe una gran cantidad de cactáceas, se consumen los frutos de una gran variedad de éstas, como el caso de las pitayas, garambullos, chendes, chichipes y, obviame