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No se aceptan revelaciones

1. Los misteriosos actos de dios * +

La columna de esta semana iba a ser un rollo bien villamelón sobre finanzas y legalismos porque no entiendo bien el mundo de las aseguradoras. Y es que en esa industria existe el concepto de eventos de fuerza mayor y una de sus categorías son los llamados actos de dios. Formalmente se trata de episodios que no se pueden prever y por lo tanto no se pueden evitar.

Ojalá que ese fuera el caso de la destrucción que ha dejado esta temporada de huracanes. Si bien es cierto que la lluvia de este año ha sido peculiarmente abundante, la magnitud de la destrucción y la pérdida de vidas son el resultado de la negligencia de la autoridad, de la voracidad de los desarrolladores, pero también de la indolencia potenciada por la ignorancia y la necesidad de la gente que se establece en zonas que son de riesgo.

Llama mucho la atención que el deslinde de responsabilidades entre la autoridad federal y los gobiernos locales ocupe casi tanto espacio en las noticias como el rescate y la reconstrucción. Todos los días nos enteramos de un nuevo caso de corrupción o negligencia que contribuyó a que un “acto de dios” se convirtiera en tragedia. A la hora de soltar la lana, las aseguradoras –compañías que suelen ser muy hábiles para diseñar pólizas con huecos que ayudan a que la casa gane– distinguen entre las cosas que de veras no se pudieron prever y aquellas que son causadas por negligencia, descuido o dolo. Considerando lo que nos va a costar la reconstrucción sería interesante conocer el monto que se recuperará por medio de las aseguradoras y cuanto vamos a tener que pagar los contribuyentes porque no lo cubrían los seguros, si es que los había.

Contrasta la destrucción y la sorpresa de las autoridades –¡cual sorpresa, si cualquier escuincle con acceso a internet puede rastrear las tormentas en tiempo real!– locales de Guerrero y Sinaloa con lo que periódicamente ocurre en poblaciones de la Península de Yucatán. Cancún, por ejemplo, queda destruido cada pocos años, pero la pérdida de vidas humanas es mínima, si no es que nula, y la reconstrucción es pagada en buena parte por seguros bien negociados. Y en el Estado de Yucatán, durante toda la temporada de huracanes, literalmente, la mitad del año, se transmiten anuncios sobre las alertas de tormentas en español y en maya. Cuando les pegan los huracanes, las ciudades se quedan sin agua y sin electricidad durante varios días, pero no se muere nadie.

2. Who the fuck is Laura Bozzo!

Una de las historias tangenciales de la temporada de huracanes que más ha sonado es la supuesta usurpación de funciones y el uso de un helicóptero oficial que hizo la conductora de televisión Laura Bozzo. Por lo menos ha sido la historia que más ha sonado en Internet.

Laura Bozzo se volvió famosa en Perú con su programa y de ahí consiguió contratos para transmitir a México y a Estados Unidos –supongo que fueron pocos los países latinoamericanos que se salvaron, pero no se–. Sin embargo, al final del régimen de Fujimori, Laura Bozzo fue arrestada por tener negocios turbios con Vladimiro Montesinos –una especie de Córdoba Montoya sudamericano–. Pasó varios años en arresto domiciliario… ¡en su estudio de TV! Desde ahí siguió transmitiendo y sirviendo al pueblo que tanto quiere y que tanto la necesita. En cuanto pudo, se fue de Perú y anduvo visitando varios países hasta que la acogió Televisión Azteca y luego Televisa.

No me queda claro si la indignación que causa el personaje es por que utilizó recursos gubernamentales para su programa –¿soy yo o es el extremo opuesto del uso de las televisoras para fines oficiales que hacía el Secretario García Luna?–, porque atacó a Carmen Aristegui o porque se apropió de la Vírgen de Guadalupe siendo de origen Peruano –¡cómo se atreve!–.

Un factor que probablemente contribuyó es que que muchos usuarios de las redes sociales no sabían quien es Laura Bozzo hasta que se Facebook y Twitter se volvieron monotemáticos durante la semana pasada. La verdad es que a mi no me molesta Laura Bozzo. No me mal interpreten, me parece lamentable e inexplicable que existan programas como el suyo –¡no voy a hacer un circoooo!–. Pero ni los veo, además, no detecto la diferencia entre la Señorita Laura y los programas de Carmen Salinas, Talina Fernández y el que heredó Rocío Sánchez cuando Bozzo se fue a Televisa después de poquitos meses en Televisión Azteca.

Las redes sociales todavía están inundadas de peticiones cibernéticas para expulsar a Laura Bozzo de México. Más allá del desahogo emocional que produce picar un botón en la computadora me parecen ociosas y hasta hipócrita esas campañas. Para empezar, todas las personas peruanas que he consultado coinciden en que no la quieren de regreso. Pero hablando en serio, el escándalo y la indignación debieron haber sido mayores hace tres años cuando llegó a México en lugar de esperarse a que se volviera líder de opinión e increible fuente de ganancias. Digo, por mucha fe que se tenga en los sistemas de readaptación social, no debería ser sorpresa que un criminal enjuiciado y convicto por corrupción utilice métodos poco éticos o de legalidad cuestionable para su beneficio personal. Más que mandar cartas a Televisa o hacer peticiones en sitios web, creo que la manera de sacar del aire esas cosas es presionando a los anunciantes.

3. Matar a la mensajera

A estas alturas, Carmen Aristegui ya debe estar acostumbrada a que le tundan por hacer su trabajo. Otros dos episodios muy notables son cuando dejó Televisa y cuando, durante un par de semanas, fue despedida de MVS por hacer preguntas –ahí, por cierto, sirvió presionar al medio de comunicación–.

El caso del pleito con Laura Bozzo es parecido al de la salida de MVS en el sentido de que dio espacio y respaldó en su programa los resultados de investigaciones de colegas suyos. La historia original del uso indebido de helicópteros gubernamentales que supuestamente hizo Laura Bozzo fue publicada en Proceso por la periodista Marcela Turati con imágenes del fotógrafo Eduardo Miranda.

Para ser justos, usted podría preguntar quién es Marcela Turati. Nada más es una periodista que ha dedicado los años recientes a documentar la violencia del crimen organizado en México. Ha fundado una red de apoyo a los periodistas en los estados que ha ayudado a establecer protocolos de seguridad en el país donde los periodistas corren más riesgo. La integridad profesional y la calidad humana de Turati se notan en la conferencia que dictó a principios de este año en Harvard cuando aceptó el Premio Louis Lyons que le otorgó esa institución. Proceso publicó la a transcripción del discurso en español.

* * *

La actividad en la tuitósfera refleja la gran indignación que causaron las acciones de la señorita Laura. Sin embargo, más que el posible delito que cometió, el tono de las quejas sugiere que la molestia se debe al ataque que hizo a dos íconos nacionales. No me queda claro si el desencadenante fue por su denostar al ícono hipster o por apropiarse del religioso. La primera, no necesita que la defiendan en este caso, como hemos visto en los últimos días… al contrario. A la segunda, en tanto ser mitológico o posible deidad, dudo que le moleste mucho –y no estoy seguro pero creo que son más ofensivas las escenas de la Virgen en las novelas de Thalía, esos programas de milagritos baratos que transmiten las televisoras a media tarde, las iglesias que se han instalado en varios centros comerciales o la franquicia de la virgencita plis–.

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