La columna de la semana pasada desencadenó una discusión muy interesante, sobre todo en Twitter . Mi idea fue plantear la pregunta de si los organismos genéticamente modificados (OGM) eran la panacea para los retos de la alimentación y elaborar el argumento que concluía que no. Un “no” muy tímido, en opinión de algunos lectores. Hoy sí voy a escribir explícitamente a favor del uso de OGM. Más que una provocación, la intención es reflexionar sobre el uso apropiado de las distintas tecnologías que tenemos disponibles. Desde el punto de vista de la protección a la biodiversidad, por ejemplo, podemos objetar fácilmente el uso de maíces o algodones genéticamente modificados en varias partes de México. Sin embargo, la soya, cuyos parientes silvestres son originarios del Este asiático, está lo suficientemente diferenciada de nuestras leguminosas (frijoles, mezquites, huizaches, guamúchiles y otros cientos de especies) que puede ser sembrada en el continente americano sin mayor problema, p
Erick de la Barrera's bilingual blog de ciencia, medio ambiente & random rants