Debo confesar que el título de esta entrega es más bien falso porque los hipsters no consumen agua de coco; menos si viene empacada en Tetra Pak. Ellos se hidratan con Pabst Blue Ribbon o pi-bi-ar, como le dicen ellos, una cerveza que es como la Carta Blanca de Estados Unidos. Lo que sí es verdad es que en algunas zonas hiper-urbanas de la Ciudad de México y en las ciudades más glamurosas de Estados Unidos están descubriendo algo que hemos sabido toda la vida: el agua de coco es deliciosa. No es causal que en varios centros comerciales de Guadalajara, por ejemplo, existan carritos que venden agua de coco recién extraída.
Estos consumidores de la llamada economía verde y del regreso a los productos naturales –más o menos, porque estas aguas de coco tienen sabores agregados– buscan en el agua de coco, además de su sabor, una fuente natural de nutrientes que pueden sustituir a las bebidas deportivas que contienen azúcar refinada además de las sales que favorecen la hidratación.
El agua de coco es un componente del “endospermo”, uno de los tejidos de la semilla de la palma Cocos nucifera. El otro componente de dicho endospermo es la pulpa del coco. El endospermo es la parte de la semilla que contiene las reservas energéticas y de nutrientes para que una vez germinada la nueva planta pueda sobrevivir y crecer mientras se desarrollan bien sus tejidos fotosintéticos o para alcanzar la superficie y tener acceso a la luz en el caso de semillas enterradas en el suelo. En el caso del maíz, el endospermo es el almidón que usamos para hacer tortillas o palomitas. En el caso de las orquídeas… bueno, las orquídeas tienen semillas tan pequeñas que no tienen endospermo. Es por eso que esa familia de plantas produce numerosas semillas diminutas dada su muy baja probabilidad de establecerse y desarrollar un nuevo individuo.
Efectivamente, el agua de coco contiene un montón de sales, pocas calorías y casi nada de grasa, a diferencia de la pulpa de los cocos más maduros, que se ha utilizado durante décadas como fuente de aceite. Además, según un análisis de la literatura científica realizado por investigadores de la Universidad Tecnológica de Nanyang, Singapur, cada vez existe más evidencia sobre los beneficios del agua de coco para la salud. Por ejemplo, los autores mencionan evidencia de que puede reducir el nivel de colesterol en la sangre y proteger contra infartos al miocardio. También, que se ha utilizado como fuente de hidratación en sitios remotos, incluyendo como terapia de emergencia por vía intravenosa.
Una de mis principales quejas sobre el agua de coco distribuida masivamente –además de lo contaminante que es el Tetra Pak– es que casi todas las marcas disponibles son envasadas por compañías brasileñas y tailandesas. ¡También las que venden en México! Sólo he encontrado dos marcas envasadas en México, una que venden en UNA tienda de ultramarinos en el D.F. y otra que venden en UNA cadena moreliana de supermercados. A pesar de las pérdidas que ha causado el amarillamiento letal del cocotero en años recientes, las 14.6 mil hectáreas sembradas con cocotero en México –que generaron casi 304 millones de pesos en 2012– podrían ser una fuente adecuada de agua de coco para nuestros centros urbanos y para exportar, aunque sea en Tetra Pak.
Mientras le ganamos el mercado de exportación de agua de coco a los brasileños y tailandeses, detengo aquí la columna de hoy: este endospermo no se va a tomar solo.